Me permito lanzar unas cuantas
preguntas al aire… ¿Qué le pasó al rock? ¿En dónde está el espíritu?
¿Dónde quedó la honestidad y la pureza de un movimiento que se erigió
para ser la voz de las nuevas generaciones?
Yo no lo sé
exactamente y la verdad no creo que esté en mí la capacidad de saberlo.
Al menos hasta cierto punto… Lo único que sé es que aún está ahí y no ha
muerto.
Han pasado muchos años desde que existe el
movimiento. Tantos que en una intensa guerra de intereses protagonizada
por el espíritu de libertad del arte y la gigantesca industria musical
han dejado en el olvido a miles de almas entregadas a poner su voz en lo
más alto de la existencia.
En pleno 2013… cuando el mundo
vive inmerso en la red que permite una conexión global, vivimos
saturados. Hay tanto y a la vez hay poco. Solo basta con abrir alguna
plataforma para escuchar música y sabrás que a tu alcance existen
cientos de miles de opciones. Y de cada opción muchas pueden sonar y
verse maravillosamente bien… Pero en el fondo no te están ofreciendo
nada.
Todo está lleno de “roqueros”. Gente que retrata
bien con sus instrumentos. Gente que hace maravillas en un escenario y
que se ven como el siguiente estandarte del movimiento. Pero casi
siempre son espejismos de la industria… Y de un momento a otro todo
vuelve a empezar. A muchos artistas que surgen día con día les falta
espíritu. Y así entramos en un círculo vicioso.
Al menos
esa es la sensación de vacío que empecé a sentir hace un tiempo.
Especialmente cuando descubrí que muy pocas cosas que se han hecho en mi
tiempo realmente han logrado romper con algún paradigma.
Un
ejemplo claro de todo esto está en músicos que han logrado reinventarse
a sí mismos con el paso del tiempo sin perder su identidad y sus
aspectos únicos. Aquellos que han dejado de lado las pretensiones de las
ventas y el espectáculo para darle prioridad a la música y al mensaje.
Todos esos que plasman su humanidad en un disco y que después someten
sus vidas, sus cuerpos y sus almas a llevar su trabajo por el mundo
entero.
No se trata de quién sale más veces en la
televisión. No es importante cuantas veces eres la portada de una
revista con un tiraje gigantesco… Vale una mierda que vendas miles y
miles de discos si tu trabajo y tu música carecen de espíritu.
Yo
no soy nadie para decirle al resto del mundo que tiene espíritu y que
no. Es una de las partes maravillosas de la humanidad saber que existe
el libre albedrío. Esa parte proporcional de libertad que le permite a
cada persona acercarse a lo que le gusta. Cuando algo te gusta no hay
quien pueda impedir que de alguna manera lo hagas tuyo.
Lo
único que puedo hacer desde mi trinchera es hacerles una sugerencia.
Una pequeña invitación a todas las personas que en algún momento se
acercan a este maravilloso movimiento y a éste mágico mundo de la
música. No se guíen por lo que dicen los demás, por cómo se ven las
cosas o por cómo se las venden… No hagan caso de lo que les dicen solo
porque se los dicen… Piensen… hagan uso de su libertad, disfruten y
encuentren su propia opinión.
Los invito a buscar la parte
humana que se esconde en la música. Debajo de cada nota, cada línea y
de cada verso está una parte del alma de otro ser humano que decidió
compartirlo de alguna manera. Eso es lo mejor del Rock y en sí de la
música. El espíritu, el alma, la parte humana. Esa voz de honestidad que
no se encuentra en todas partes.
Si me preguntan a mí… la
música y el rock seguirán existiendo mientras mantengamos con vida esa
expectativa de escuchar algo nuevo que esté lleno de espíritu. Mientras
escuchemos de verdad y sigamos buscando en las entrañas de lo que llega a
nosotros.
Los invito a escuchar completamente. Escuchar con cuidado. A sentir la música y a descifrar sus mensajes y sus secretos.
Los
invito a sentir esa magia que siento yo cada vez que escucho una
canción de Pink Floyd o algún otro de mis favoritos. Encuentren los
suyos, encuentren su camino pero háganlo disfrutando profundamente.
Si
me preguntan a mí… Ahí está el rock and roll… En cada persona que
escucha y siente y en cada persona que logra crear algo que hace sentir a
los demás. Ahí está.
Dice Juan Villoro "No hay peor
crisis que la de la falta de espectativas..." Y ya lo ha dicho Neil
Young… “Rock and Roll can’t never die…”
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